sábado, 14 de noviembre de 2009

La ciudad de Roma

El mundo romano
2ªParte
d) La ciudad de Roma




Las siete colinas


Las siete colinas de Roma son una serie de promontorios que históricamente han formado el corazón de la ciudad de Roma. Situadas al este del río Tíber, este conjunto geográfico ha protagonizado numerosísimos pasajes literarios y son una referencia muchas veces repetida en la cultura popular.

Las siete colinas de la Roma antigua eran:

  • El monte Aventino (Collis Aventinus), (47 metros de alto).
  • El Capitolino (Capitolinus, que tenía dos crestas: el Arx y el Capitolium), (50 metros de alto).
  • El Celio (Caelius, cuya extensión oriental se llamaba Caeliolus), (50 metros de alto).
  • El Esquilino (Esquilinus, que tenía tres cimas: el Cispius, el Fagutalis y el Oppius), (64 metros de alto).
  • El monte Palatino (Collis Palatinus, cuyas tres cimas eran: el Cermalus o Germalus, el Palatium y el Velia), (51 metros de alto).
  • El Quirinal (Quirinalis, que tenía tres picos: el Latiaris, el Mucialis o Sanqualis, y el Salutaris), (61 metros de alto).
  • El Viminal (Viminalis), (60 metros de alto).
El río Tíber

Todos los asentamientos pre-romanos cuya convergencia dio origen a la Roma histórica "veían" el Tiber, pero desde lo alto, no desde sus márgenes (recuérdese Antemnae, por ejemplo), por obvias razones de defensa y porque el Tiber siempre ha sido un río sujeto a desbordes imprevistos.

El punto en el cual la llanura aluvional era más seguramente practicable era en correspondencia de la Isla Tiberina, al lado de la cual (en el área que se transformaría en el Foro Romano, a partir de un más modesto Foro Boarico) se localizó originalmente el punto de encuentro y de intercambio entre las poblaciones etruscas que dominaban la márgen derecha (llamada más tarde Ripa Veientana y las poblaciones del Latium vetus sobre la margen izquierda (la Ripa Graeca).

La isla era, además, el límite hasta donde podían llegar las antiguas naves de poco calado que venían desde la desembocadura en el mar Tirreno.

A corta distancia, aguas abajo, se construyó (en madera, y como tal permaneció por diversos siglos) el primer puente de Roma, el Puente Sublicio. Para las antiguas poblaciones era de tal importancia este puente y su mantenimiento, que en relación a este nació el más antiguo y potente sacerdocio romano: el "Pontífice máximo".

El río mismo era considerado una divinidad, personificada en el Pater Tiberinus era celebrado todos los años el 8 de diciembre, coincidentemente con el aniversario de la fundación del templo dedicado a su honor en la isla Tiberina, era un rito de purificación y propiciatorio.

Los barrios

Cuando hablamos de los barrios del centro histórico de Roma, en italiano “Rioni del centro storico” nos referimos a los barrios que se encuentran dentro de lo que en su día fueron las murallas de Roma.

En la actualidad el centro histórico de Roma cuenta con 22 barrios. En el siglo XII eran 13 los barrios del centro histórico de Roma (del I al XIII), en el siglo XIV ya eran 14 los barrios, en el siglo XIX ya eran 18 (con la creación de los barrios XV, XVI, XVII y XVIII) y durante el siglo XX se llegó a la cifra actual de 22 barrios.




Las murallas


Las Murallas servianas eran una barrera defensiva construida alrededor de las ciudad de Roma al principio del siglo IV a. C. Las murallas tenía una anchura de de 3,6 metros y una longitud de unos 11 kilómetros, con más de una docena de puertas.
El nombre hacía honor al Rey de Roma, Servio Tulio. Aunque el trazado parece datar del siglo VI a. C., los restos actuales que se conservan datan del periodo final de la República Romana.
Apenas quedas vestigios, solo algunos paños de muros.

Las Murallas aurelianas son una construcción militar de carácter defensivo construida en la ciudad de Roma por el emperador Aureliano. Su longitud original fue de 19 kilómetros, pero en la actualidad sólo se conservan 12,5 kilómetros. El propósito de su construcción fue defender Roma de las invasiones bárbaras, que comenzaron a partir del año 271 dC.
El círculo completo rodeaba una superficie de 13,7 km². Las paredes cuentan con 3,5 m de grosor y 8 m de altura con una torre cuadrangular cada 100 pies romanos (29,6 m). Fueron remodeladas en el siglo V, doblando la altura (llegando hasta 16 m), por orden del general Flavio Estilicón, hombre fuerte del Imperio en época de Honorio. Tenían forma de hexágono y en ellas se emplazaban 382 torres, 7.020 almenas, 18 puertas principales, 5 poternas, 116 letrinas y 2.066 ventanas exteriores.

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